Descubrimiento de Tolú
La Villa de Santiago de Tolú es uno de los centros urbanos más antiguos de Colombia. Su descubrimiento data de finales de 1535 y fue realizado por Don Alonso de Heredia, hermano mayor y teniente gobernador del Adelantado don Pedro de Heredia, fundador de Cartagena de Indias.
A fines de 1.534 Francisco Cesar hizo la segunda incursión y llamó a esta zona Balsillas en razón de la cantidad de Ciénagas y tierras anegadas que circundaban la región.
Don Alonso en su primera incursión por tierra al Sinú,encontró un pobladísimo pueblo de indios regido por el cacique Tolú o Tulú, en lo que hoy es hoy el municipio de Toluviejo. Obsesionado como estaba por los tesoros del oro Sinuano, no confirió mayor importancia a este nuevo “descubrimiento”. Sin embargo Alonso de Ojeda en 1.499 había visitado las Costas del Golfo de Morrosquillo; en esta ocasión reconoció los dominios del primogénito del viejo indio Tolú.
Traslado y prosperidad comercial
Mas o menos seis años después de ese descubrimiento, el pueblo ya incorporado a la administración colonial de la Gobernación de Cartagena, fue trasladado a la orilla del mar con el nombre de Santiago de Tolú; el otro fue conocido desde entonces como Toluviejo, localizado al oriente de Santiago de Tolú y a unos 20 kilómetros del Golfo de Morrosquillo, sobre la margen derecha del arroyo Catarrapa, hoy Pichilín.
El día 7 de julio del año 1549 adquirió definitivamente el título de Villa; cabe anotar que Santiago de Tolú fue la primera ciudad fundada en el actual departamento de Sucre.
En todo el curso del periodo colonial, Tolú fue la llave de las sabanas que llevaron su nombre, Sabanas de Bolívar después, con jurisdicción sobre numerosísimos pueblos, con una floreciente y rica actividad ganadera y agrícola, notable vecindario y comunicación, marítima y terrestre relativamente rápida con Cartagena y los centros poblados de su interior. Las enormes haciendas de aquella época están hoy divididas y subdivididas, siendo cada división contemporánea con un verdadero latifundio.
Ataques al Puerto y defensa
El siglo XVII fue la época de oro de la Villa de Tolú, la zona como centro de acopio y distribución, tendría como área de dominio un importante comercio costero, e influenciado por la venida de los negros esclavos que ocuparon la mano de obra agrícola de la zona, además se convirtió en epicentro de todas las expediciones hacia el Sinú, el Darién, Panamá y otras zonas de influencia.
Esta prosperidad atrajo la codicia de piratas, ingleses principalmente, que atacaron la Villa muchas veces y de modo preferencial las fincas y estancias ubicadas a orilla del mar, desde Bahía de Barbacoa hasta Acandi y la actual frontera con la república de Panamá. La intensidad de estos ataques fue de tal magnitud que muchísimos encomenderos y estancieros decidieron abandonar sus propiedades y mudarse hacia zonas mediterráneas.
Desde el traslado a la orilla del mar, tanto el Cabildo de Tolú como la Gobernación de Cartagena se ocuparon del problema de la defensa de la nueva población, como base para la defensa de todo el Golfo, atacados inmisericordemente durante más de tres siglos por los piratas ingleses.
El ataque más devastador cometido por los piratas ingleses fue el de 1658, llegando las fuerzas hostiles hasta el sitio de San José de Pileta, cerca de la actual ciudad de Corozal, dejando incendiados en Tolú la iglesia parroquial y los conventos de Santo Domingo y San Francisco.
Varios gobernadores de Cartagena y no pocos ingenieros militares intervinieron en los proyectos de defensa de Tolú, que en alguna ocasión casi se vieron coronados por el éxito, con la erección de una torre que primitivamente estuviera proyectada para Bocachica.
A fines del S. XVII se redujo el área territorial expuesta al mar, a sólo tres cuadras, y se erigió con toda seguridad una batería de defensa con los baluartes de La Vírgen del Rosario y de Santiago.
Las ruinas de este baluarte estaban todavía de pie debajo del agua del Golfo a principios del S. XX y más de un centenar de cañones de todo tipo andaban rodando por las playas de Tolú, hasta que los coleccionistas o simples compradores de hierro dieron cuenta de ellos.
Presenciaron asimismo las costas del Golfo algunas batallas navales, tanto en el periodo de la independencia como en la época republicana.
Tolú en la Independencia
Como todos los pueblos de la Gobernación de Cartagena, Tolú se sumó al movimiento de la independencia (1781-1815). Herido de muerte por la expedición pacificadora de Morillo desde las bocas del Orinoco hasta el golfo del Darién, Tolú volvió a someterse a Fernando VII, quien para aquellos años era todavía “El Deseado”. Desde 1819 Tolú volvió a ser libre.
Los ejércitos patriotas que asediaron Cartagena hasta 1821 recibían de Tolú víveres y vituallas, funcionando también un astillero para reparar las embarcaciones de la flota insurgente. La ciudad conserva hasta finales del siglo XVIII la calidad de puerto abastecedor con dependencia total de Cartagena; San Antero y San Onofre se crean como palenques de población negra, esclavos, libertos o cimarrones.
Bálsamo de Tolú
El árbol denominado Bálsamo de Tolú, encontrado por los españoles en las cercanías del pueblo, dio a éste un renombre universal. No hay diccionario de cualquier idioma culto que no mencione a Tolú.
Fuente: Donaldo Bossa Herazo, Tolú 450 años, 1985