Cada inicio de Año Nuevo en el Golfo de Morrosquillo, las brisas de enero no solo marcan el comienzo de un nuevo ciclo, sino también el escenario perfecto para una de las celebraciones más autóctonas y pintorescas de la región: las regatas de veleros. Esta tradición, también conocida como "carreras de botes", se ha convertido en una manifestación cultural arraigada en el corazón de Tolú, con un legado que se remonta a las décadas de los 50.

Raíces en el Mar: Los Inicios de las Regatas

Reymer Viloria, un experimentado pescador con una barba blanca que podría rivalizar con la de un Neptuno criollo, comparte con entusiasmo las historias transmitidas por sus antepasados. En la década de los 50, el "Bajo de Berrugas", ubicado a 5 millas náuticas frente a San Onofre, era el epicentro de las faenas de pesca. Después de jornadas exitosas, los pescadores, llenos de alegría, decidieron competir por "quién llegara primero", estableciendo así el germen de lo que se convertiría en las regatas de veleros.

De Competencia Amistosa a Evento Emblemático

Lo que comenzó como una locura entre amigos evolucionó con el tiempo. El alcalde Antonio Fadúl, comprendiendo la importancia de estos actos para la comunidad, elevó las regatas a un estatus más formal. A partir de los años 60, las regatas fueron incorporadas como un evento asociado al Sirenato del Mar, celebrado cada 6 de enero en honor al Día de Reyes y al día del pescador. Así, estas competiciones marinas se convirtieron en un atractivo anual que convocaba a lugareños a las orillas para aplaudir la destreza de los navegantes.

Desafíos y Transformaciones a lo Largo del Tiempo

A pesar de su creciente relevancia, las regatas de veleros enfrentaron desafíos. Con altibajos y cambios en la administración local, la atención y apoyo hacia este evento fluctuaron. Sin embargo, los colores y la vitalidad de las regatas continuaron evolucionando, convirtiéndose en un espectáculo más colorido que nunca.

Renovación y Reconocimiento: Un Nuevo Capítulo para las Regatas

Actualmente, un grupo de apasionados pescadores está decidido a revitalizar esta tradición. A través del Concejo Municipal, buscan otorgar a las regatas el reconocimiento que merecen. Proponen incluir estas competiciones marinas en la lista representativa del patrimonio municipal, reconociendo así la riqueza cultural y las habilidades marítimas que encapsulan.

Más Allá de una Competencia: Las Regatas como Patrimonio Cultural Inmaterial

El desafío reside no solo en revitalizar las regatas, sino también en consolidarlas como parte del patrimonio cultural inmaterial de Tolú. Este reconocimiento implica valorar no solo la competencia en sí misma, sino todos los saberes asociados: desde el conocimiento del mar y los materiales tradicionales hasta la habilidad para maniobrar las embarcaciones artesanales a través de las brisas y las olas del Golfo de Morrosquillo.

Desafíos en el Presente para Conservar el Pasado: Un Llamado a la Acción

La lucha por reconocer las regatas de veleros como patrimonio cultural no es solo una búsqueda de identidad, sino también un esfuerzo por preservar las tradiciones de los pescadores afrodescendientes. En un mundo que tiende a la homogeneización, estos eventos únicos representan un vínculo vital con el pasado y un faro que guía hacia el futuro.